Un sistema de alarmas contra incendios es un conjunto de dispositivos vinculados entre sí, para monitorear y anunciar el estado de la alarma de incendio o la señal de supervisión de activación, con el fin de iniciar señales de advertencia de peligro de incendio.
Fases de actuación de los detectores
Hay diferentes tipos de detectores según la naturaleza de su negocio o el nivel de protección que se quiera implementar.
A. Sistemas de detección por aspiración, Detectores Iónicos:
Aplicables a todo tipo de fuego (Detección de gases y humo).
B. Detectores de Humos Fotoeléctricos:
Detectan humos visibles. Aplicables a fuegos sólidos (Por ejemplo: plásticos, telas y papel).
C. Detectores Térmicos:
Detectan la superación de una temperatura fija (típicamente 55°) o un incremento rápido.
D. Detectores Mixtos:
Combinación de los dos previos (Humo y Térmico).
E. Detectores Ópticos de llamas:
Detectan radiaciones de IR (Infrarrojo) y/o UV (Ultravioleta) de las llamas (Aplicables principalmente a fuegos líquidos inflamables, ya que generan muy poco humo).
Gracias a los sistemas automáticos de detección contra incendios, normalmente es posible detectar los fuegos incipientes de forma prematura y de este modo intervenir lo antes posible, de forma que puedan evitarse daños relevantes.
- Alertar a las personas en las zonas de peligro.
- Llamar a los servicios de intervención y extinción de incendios.
- Activar las instalaciones para limitar el humo y la propagación del incendio, por ejemplo: Cerrando las puertas cortafuegos.
- Activar los sistemas de extracción de humo y calor.
- Desconectar los equipos de la fuente de alimentación.
- Controlar los sistemas de automatización de edificios, especialmente los sistemas de climatización y ventilación, así como los ascensores.
- Activar los sistemas de evacuación.
- Activar los sistemas de extinción fijos, es decir, el sistema de detección se convierte en el centro neurálgico de control contra el incendio
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