En la industria del plástico, términos como “oxodegradable” y “oxobiodegradable” se han vuelto cada vez más comunes, especialmente ante la creciente preocupación por la sostenibilidad y la reducción de residuos plásticos. Sin embargo, muchas veces se tienden a confundir ambos conceptos, lo que dificulta comprender la diferencia. En este artículo, te ayudaremos a despejar esas dudas ya comprender mejor qué diferencia a estos plásticos.
¿Qué es el plástico oxodegradable?
El término “oxodegradable” se refiere a plásticos que se fragmentan en pequeñas partículas cuando se exponen al oxígeno y a la luz solar. A simple vista, parece una solución más rápida para deshacerse del plástico, ya que se descompone antes que las tecnologías convencionales. Sin embargo, aquí viene el problema: estas micropartículas siguen siendo plástico. Aunque el plástico se degrada a un nivel microscópico, no desaparece completamente ni se convierte en una sustancia inocua con la naturaleza. De hecho, estas partículas pueden persistir en el ambiente por mucho tiempo, contribuyendo a la contaminación por microplásticos, un desafío ambiental que sigue en aumento y es muy difícil de controlar.
¿Qué es plástico oxobiodegradable?
A diferencia del anterior, el plástico “oxobiodegradables” también contiene aditivos que aceleran su degradación pero con una gran diferencia crucial: las partículas que resultan de su fragmentación son biodegradables. Esto significa que los microorganismos presentes en el ambiente, como bacterias y hongos, pueden descomponer esas partículas de forma natural.
Un gran ejemplo es el aditivo Reverte, una tecnología oxobiodegradable utilizada en plásticos convencionales para hacerlos más amigables con el medio ambiente. Veamos cómo funciona este proceso en dos etapas:
1. Oxidación:
Cuando el plástico con Reverte ha cumplido su ciclo de vida útil, factores como la luz solar, el calor, la humedad y el estrés mecánico activan el aditivo. Este proceso rompe las cadenas moleculares del plástico, fragmentándolo en partículas mucho más diminutas. Al reducir significativamente el peso molecular del material, estas pequeñas partículas se convierten en una fuente de alimento ideal para los microorganismos del ambiente, preparando al plástico para su próxima fase.
2. Biodegradación:
Después de que el plástico ha sido fragmentado en partículas más pequeñas, entra en acción la segunda fase del proceso: la biodegradación. En este punto, los microorganismos presentes en el medio ambiente, como bacterias y hongos, comienzan a consumir estos fragmentos, utilizándolos como fuente de carbono y energía. Durante este proceso, las partículas plásticas se transforman en dióxido de carbono (CO₂), agua (H₂O) y biomasa, que es un material orgánico beneficioso para el suelo.
Este proceso no solo acelera la descomposición del plástico, sino que también asegura que los residuos plásticos no dejen un impacto dañino en el entorno.
¿Por qué el Aditivo Reverte es diferente?
Además de los dos pasos anteriores, la tecnología Reverte cumple con la normativa ASTM D6954-24, que añade una tercera fase crucial: No Toxicidad. Esta etapa implica pruebas exhaustivas de germinación y crecimiento de plantas, garantizando no el no presentar ningún riesgo para el medio ambiente.
Como prueba de ello, Reverte está respaldado por resultados actualizados de las Pruebas de Biodegradabilidad y diversas certificaciones que avalan su efectividad. Esta documentación técnica no solo garantiza la máxima calidad del aditivo Reverte, sino que también proporciona a las empresas un soporte sólido para enfrentar los retos actuales relacionados con los plásticos de un solo uso.
En URIGO, estamos comprometidos con un futuro verdaderamente sostenible, por ellos Gracias a la tecnología Reverte, los plásticos que normalmente tardarían siglos en descomponerse pueden iniciar su proceso de biodegradación en mucho menos tiempo. Esto nos acerca a un futuro verdaderamente sostenible, donde el plástico puede cumplir su función sin dejar huella.
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